dígenas Colombianos prehispánicos habitantes de la zona central de la Sierra Nevada de Santa Marta cuyos datos históricos se remontan a las crónicas de los conquistadores del siglo XVI que los databan y nombraban en sus constantes informes de las tierras nuevas a los reyes de España. Por tal motivo se sabe que son los únicos habitantes de Colombia durante la conquista que dejaron construcciones en piedra. Los principales asentamientos Tairona se encuentran desde los 1200 hasta los 2000 metros sobre el nivel del mar en los valles de los ríos Buritaca, Don Diego y Palomino extendiéndose hasta cerca del rió Ancho en el oriente. Por el sur se extendía cerca del rió Sevilla, que delimitaban tres provincias Betoma, Tairona y Carbón que según cronistas españoles podían ser organizaciones políticas de los taironas. Su idioma era el chibcha con algunas influencias caribes y arawak, practicaba la música y su instrumento principal era la ocarina.
Datos mas exactos y contundentes llevaron al descubrimiento de Ciudad perdida o Buritaca 200 asentamiento Tairona mas grande hasta ahora encontrado y que enseña de manera explicita la capacidad tecnológica y arquitectónica del grupo indígena. Ciudad Perdida permaneció perdida por alrededor de 400 años y fue construida aproximadamente desde el año 700 d.C. hasta que fue descubierta en 1976 tras la iniciación de exploraciones del Instituto Colombiano de Antropología y de la mano con Julio Cesar Sepúlveda, se dio inicio al descubrimiento y exploración de tan maravillosa obra estructural. Pero no fue este el inicio de la investigación sobre esta ciudad histórica; el Instituto Colombiano de Cultura obtuvo noticias de una ciudad extraviada en las intrincadas selvas tropicales a cuatro días de camino de la ciudad de Santa Marta en 1975, por las condiciones del terreno y lo difícil de su acceso fue denominada esta zona como “El infierno”.
Este asentamiento se estima que albergaba una población de entre 1400 a 3000 indígenas. Era un centro político y económico y el 40% de su área total era dedicado a espacios públicos y el resto para viviendas. Notorias muestras de desarrollo tecnológico se evidencian en la monumental estructura al estar compuesta por 26 terrazas para cultivos la más grande de 900 m2 circundadas por viviendas. Sobresalen también muros de contención que construían para las bases para las zonas habitadas pues levantaban sus viviendas en zonas abruptas y de difícil acceso, por lo cual los largos corredores y escaleras que unían la ciudad, además de canales de irrigación para cultivos que se encontraban alejados de fuentes de agua. Muestra de su invaluable cultura fue su capacidad de encajar su arquitectura al abrupto escenario donde fueron construidas sus ciudades, al entorno natural que los circundaba, demostrando con esto una gran cultura ecológica que inculca respeto por la naturaleza y su ambiente.
Otra población sobresaliente fue la denominada Pueblito por Gerardo Reichel Dolmatoff descubierta por el mismo en 1954 luego del inicio formal de las investigaciones arqueológicas en 1923. De los asentamientos Tairona se han calculado alrededor de 200 aldeas que abarcan desde la costa de la sierra hasta las elevaciones de 2500 metros sobre el nivel del mar donde se evidenciaba la reducción de la población. Se mencionan otros pueblos de no menor importancia como Taironaca, Sincorona, Chairama, Betoma, Taybo y Jeriboca, mencionando solo algunos pocos.
La arquitectura encontrada en las poblaciones muestra casa circulares construidas con base en piedra, levantadas en madera y cubiertas por hojas de palma; el tamaño y ubicación de las mismas hace pensar en la clasificación social que sucedía dentro del grupo. Las construcciones también demuestran que concedían gran parte de su estructura a sitios para la realización de actos relacionados con religión o de actividades sociales.
De su organización social podemos destacar que por ser un grupo numeroso tenían representantes religiosos y políticos en cada aldea que manejaba a su vez aldeas más pequeñas. Los caciques eran considerados los líderes políticos y los naomas los líderes religiosos quienes poseían gran influencia sobre la población en general que dedicaba sus rituales a cultos que especificare mas adelante. Los Tairona vivían en una sociedad polígama (un hombre tenia varias esposas) la sociedad velaba por el bienestar de los ancianos y guardaban los huesos de sus muertos. La ciudad se edificaba entorno a una casa ceremonial en la cual se depositaban dentro de una urna cuentas (especie de collares hechos con piedras semipreciosas como jade, cuarzo, cornalina y conchas) que según el número de piedras determinaban la edad, sexo y posición social de cada individua dentro de una aldea, y que era enterrada en el centro de la casa ceremonial. Los hombres se dedicaban a la agricultura, pesca, caza, tejer hamacas, comerciar y hacer la guerra (eran de índole pacifica y tomaban las armas solamente para defenderse), mientras las mujeres atendían la cocina, el hogar, tejían mantas y vestidos.
El control del poder era ejercido por los caciques y se presume que los naomas los apoyaban o ejercían algo de este poder en las comunidades. Los naomas eran las representaciones simbólicas de las creencias mitológicas de su pueblo. La orfebrería Tairona destacada por sus procesos de fundición de oro, cobre y cera perdida para la manufacturación de adornos ceremoniales que representaban sus dioses (figuras zoomorfas y antropomorfas) utilizando la aleación de el oro y cobre llamado tumbaga, al cual también eran aplicadas técnicas de encobrecimiento y aplicación de colores dorados. Los Taironas eran altamente respetuosos por la naturaleza además de adoradores de la misma, y por tal motivo los animales eran la representación de sus creencias mitológicas y religiosas. Ejemplo claro es la representación del jaguar en muchas de sus prendas rituales, el cual tiene una connotación magnifica que representa al sol como dador de vida a las plantas. El chaman, mama, o naoma era la persona que poseía el poder del jaguar. La serpiente Tairona representaba el movimiento y la muerte, el sapo representaba el órgano reproductor femenino y la fertilidad. También practicaban el homosexualismo ritual. En sus rituales representaban al animal de su simbología con mascaras, penachos, pecheras narigueras y diademas en diversos materiales. El oro representaba al sol y tenia un valor tradicional muy especial y por tal motivo lo usaban para hacer rituales de adoración al sol para pedir la fertilidad de los suelos para las cosechas en lagunas.
Los Tairona eran agricultores por excelencia, las grandes terrazas de cultivos encontradas demuestran sus técnicas irrigación que le permitieron sembrar zonas sin una fuente de agua cercana o en época de sequía y mantener áreas de cultivos de gran tamaño. La agricultura era practicada por los hombres de la tribu; dentro de sus siembras más comunes encontramos maíz, yuca, fríjol, ahuyama, ñame, batatas, ají, algodón y algunas especies de árboles frutales. También extraían miel de los panales de abeja. Al tener una población dispersa desde las zonas altas de la sierra hasta las costas bajas, les permitió tener una adaptación a los pisos térmicos notoria en la variedad de sus cultivos y con técnicas especializadas para cada cultivo que tenían. El comercio se realizaba con las comunidades indígenas cercanas que se proveían de productos como sal, pescado, oro, mantas de algodón, adornos de plumas y las artesanías elaboradas por los Tairona. Con los Muiscas se realizabas transacciones de esmeraldas, oro, conchas y artesanías pero de forma indirecta es decir por medio de las comunidades de las tierras bajas que circundaban la sierra. Se realizaban también intercambios con grupos como los Gaira, Durcino y Ciénaga.
De sus costumbres religiosas se sabe muy poco y hay muy pocas y pobres crónicas que describan de forma verídica sus creencias religiosas, ya que a la llegada de los conquistadores, fueron tachadas como adoradores del diablo, hable anteriormente de los naomas líderes religiosos que había en cantidades apreciables por todas las comunidades y asentamientos. Los españoles llamaron a las casas ceremoniales buhío del diablo. Hacían ceremonias para celebrar acontecimientos tales como las cosechas, cumplían ayunos durante la primera menstruación de las mujeres, y durante el periodo de aprendizaje de un niño a sacerdote. Sus costumbres funerarias eran las de guardar los restos de sus muertos en urnas hechas de tierra cocida, pero también se sabe por investigaciones arqueológicas, que enterraban a los muertos luego de un proceso de secado al fuego y envolverlo en mantas a gran profundidad con todas sus pertenencias. No se sabe a ciencia cierta las condiciones bajo las cuales eran enterrados, se presume que puede tener relación con su orden jerárquico.
A la llegada de los españoles se agruparon en dos grandes grupos, los Bonda en la costa y los Pocigüeica en la sierra.
La comunidad Tairona se opuso ferozmente al sometimiento de los españoles, pro tal motivo fueron arrasados y destruidos casi en su totalidad. Algunos pudieron escapar y establecerse fuera del alcance español y se presume que algunas tribus actuales, son directamente descendientes de su cultura y que habitan la zona de la sierra esta comunidades son los Kogui, los Ijkas y los Sankas, que aun conserva algunas costumbres relacionadas con las características Tairona y algunos objetos en oro y piedra que se presume peden ser heredados de ancestros de su pasada cultura.
Actualmente la Sierra Nevada de Santa Marta es una zona de conservación arqueológica y su acceso es permitido a turistas, arqueólogos, antropólogos e investigadores de todo el mundo por su reconocida espectacularidad llamativa para cualquiera de las ramas del estudio del hombre.
DAAAAAAAAAAAAAAAAAA
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