Con el nombre de San Agustín se conoce en Colombia, Suramérica, una importante región arqueológica, en la que se han hallado varios centenares de esculturas monolíticas, que indican que allí floreció desde remotos tiempos una cultura, que hoy es objeto de estudio por parte de misiones científicas para establecer los orígenes y los rasgos peculiares de este pueblo. Se inició, a partir del Siglo XXXIII a. C., una cultura que presenta ya un considerable desarrollo en el Siglo VII a. C. , según las fechas de Carbono 14 obtenidas recientemente asociadas a la agricultura, la cerámica, la orfebrería y el arte escultórico.
Las diferencias marcadas entre objetos,indumentaria, vestuario y trabajo lítico, observados en las esculturas, hace suponer que la necrópolis de San Agustín fue el lugar donde varias etnias americanas desde lugares distantes traían sus muertos principales a sepultar y de la que hacen parte el Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro y el Parque Arqueológico de San Agustín
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Los rasgos peculiares que caracterizan el florecimiento de la cultura de San Agustín, entre el 300 d. C. al 800 d. C., tales como el gran desarrollo de la estatuaria lítica, que presenta una etapa ya muy avanzada desde el siglo VII a. C., la construcción de grandes terraplenes o aterrazamientos para la localización de las necrópolis, la edificación de muros de contención, las tumbas revestidas con grandes lajas de piedra, algunas, las principales, cubiertas con montículos artificiales coronados con templetes funerarios, las fuentes ceremoniales labradas en la roca viva, reflejan una adelantada organización del trabajo y una estratificación social y política. La escultura, en particular, indica claramente una verdadera especialización del trabajo, ya que esta actividad, dado el grado de complejidad y de adelanto que alcanzaron sus artífices, supone una gran habilidad profesional, un notable talento artístico y en especial un profundo conocimiento de las creencias mágico-religiosas de la tribu, a través de una larga tradición de tales manifestaciones religiosas. Además, diferencias que se aprecian en la estructura de los sepulcros de un mismo yacimiento, sin indicaciones claras de una secuencia cultural, hablan más de una estratificación social, puesto que la cerámica y otros elementos del ajuar funerario atestiguan la contemporaneidad de unos y otros. Tal estratificación estaría basada sobre la diferencia entre los grupos ocupacionales y en la jerarquía política y religiosa, consolidada en la formación de pequeños señoríos, una organización típica de la mayor parte de los grupos indígenas encontrados por los españoles en el siglo XVI en la región andina de Colombia.
UBICACIÓN
Se puede afirmar que la economía agustiniana se basó en el cultivo del maíz, complementado con el de los tubérculos y frutos, así como por la caza y la pesca. Además durante las últimas fases del poblamiento el maní procedentes de las selvas del oriente, el cual desempeño un papel importante en la alimentación.
Es factible que la población de San Agustín mantuviera a lo largo de su historia un control vertical sobre los diversos pisos térmicos posibles, en este caso una densa población habría tenido acceso a un sinnúmero de recursos propios de tierras de muy diversos climas, desde los páramos hasta las templadas vertientes del ramal andino.
ORGANIZACION POLITICA
Poco se puede afirmar sobre el modelo de organización política de este pueblo escultor. La sociedad agustiniana se organizaba en "Cacicazgos" con una clara estratificación social y económica de la población. En este caso, el papel de los líderes políticos y religiosos habría sido destacado, sin embargo, es seguro que los pobladores más tardíos no tenían un sistema complejo de organización política.
Es posible que el poder de los caciques del alto magdalena en la región del Alto Magdalena en el siglo XVI cuente un modelo básicamente tribal; los roles políticos aún no estaban plenamente desarrollados y su poder dependía de la voluntad popular. Se presume asimismo, que la familia fue la base de la sociedad y que los agustinianos habitaron en casa muy juntas unas de otras.
TRADICIONES
Los pobladores de la cultura San Agustin eran muy buenos para trabajar con metales y piedra. Muchos artefactos con diseños sorprendentes se han encontrado en los últimos años en la región que habitaron.
La cultura de San Agustín es conocida por sus rituales funerarios complejos, donde el líder religioso fue un chamán, que llevaba una piel de Jaguar para representar su autoridad, el jaguar fue adorado y considerado generalmente como un símbolo de poder en la región.
La escultura era sorprendente, de gran tamaño y eran hechas de piedra. Estas enormes estatuas se caracterizan por su gran dimension y diseño, algunos miden hasta 5 metros. Las estatuas fueron hechas con fines religiosos, y se colocaban principalmente en los cementerios y otros lugares de entierro para acompañar al cadáver. Las mayorias de las esculturas comparten una mezcla de aspectos humanos y características animales, es decir, caracteristicas antropomorficas y zoomorficas. Muchas de estas piezas escultoricas se puede observar en el Parque Arqueológico de San Agustín, Colombia.
COSTUMBRES
Las culturas prehispánicas de América que nos han dejado huellas vigorosas de su existencia, son universalmente conocidas, La Inca, La Maya, y la Azteca. Sin embargo, existen otras culturas prehispánicas mucho menos conocidas y que, aún así, merecen atraer la atención de los especialistas y del público en general, por la grandeza y belleza de sus vestigios. Tal es el caso de la cultura de San Agustín, cuya milenaria herencia de piedra podemos hoy admirar en Colombia dentro del departamento del Huila.
Los monumentos denominados como agustinianos, integrados por estatuaria lítica, dólmenes y montículos, que en gran número se encuentran diseminados en un hermoso y extenso territorio del Macizo Colombiano; constituyeron el más importante centro de producción escultórica de toda la región andina, durante la época precolombina.
Cuando se produjo la Conquista, los monumentos funerarios que siglos atrás habían sido hechos en el valle que domina el primer curso del río Magdalena, yacían abandonados por circunstancias que todavía no se conocen bien. Una densa vegetación poco a poco, había cubierto de bosques el territorio ancestral que durante milenios, fuera el hábitat de una de las culturas prehispánicas más importantes de Colombia, tal como lo atestigua su estatuaria lítica monumental.
Los sitios donde anteriormente se había elegido los centros ceremoniales dedicados a culto funerario, o los lugares de habitación y los campos de cultivo, desaparecieron por la acción incontrolada de la naturaleza especialmente feroz en este medio.
En el transcurso del Siglo XVI, cuando lentamente comenzó a producirse la penetración española en la región del Alto Magdalena, esta se encontraba poblada por numerosas tribus indígenas, como son los Quinchana, Mulales, Laculata y Laboyos. Es posible que hubieran ocupado este territorio debido a las presiones migratorias ejercidas por otros grupos, en épocas anteriores, a través del Alto del Magdalena.
El desconocimiento de los vestigios de esta cultura durante la Conquista fundamentalmente se debe a dos hechos: En primer lugar, esta cultura se extinguió antes de que llegaran los españoles por lo tanto no existió contacto. En segundo lugar porque principalmente se trataba de imágenes escultóricas, hechas para ser depositadas dentro de túmulos funerarios, que eran construcciones muy sencillas, que por esas mismas características rápidamente podían ser recubiertas por la vegetación, obras totalmente diferentes a la arquitectura pétrea colosal, que los conquistadores encontraron en México ó Perú.
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