LA TEORÍA ASIÁTICA DE ALEX HRDLICKA
Según el antropólogo Álex Hrdlicka, los primeros pobladores de América fueron los cazadores paleomongoloides asiáticos que ingresaron por el estrecho de Bering, a fines de la glaciación de Winsconsin, del periodo Plesitoceno. Las oleadas migratorias habrían ingresado por el valle de Yucón de Alaska, en Norteamérica, para después dispersarse por el resto del continente.
El actual estrecho de Bering lo forman las aguas que cubren la plataforma continental que une a la península siberiana de Chukotsky con la península de Seward en Alaska. Esta plataforma, hoy sumergida, de una profundidad media de sólo 40 metros, constituyó una gran masa de tierra continua entre ambos continentes. Los estudiosos la conocen como istmo de Beringia. Éste quedó al descubierto por el fenómeno de la “eustacia glacial”, que ocasionó el descenso del nivel del mar en 100 metros, durante la Glaciación de Wisconsin (o Wurm) del periodo Pleistoceno.
El antropólogo y lingüista Franz Boas demostró que no todas las lenguas americanas son polisintéticas y aglutinantes y que no existe un carácter común entre ellas. Y según el antropólogo Paul Rivet el estudio de los grupos sanguíneos no aporta tampoco un argumento a favor del exclusivo origen asiático de los indios americanos.
Sobre la antigüedad de las primeras oleadas migratorias, en las últimas décadas se han incrementado las evidencias de una presencia humana más remota en nuestro continente. La antigüedad de 10 000 años a.C. que planteaba Hrdlicka, ha sido ampliamente superada por los nuevos hallazgos que explicaremos más adelante.
LA TEORÍA OCEÁNICA DE PAUL RIVET
Otra de las teorías clásicas es la de Paul Rivet, para quien la población indígena americana es el resultado de cierto número de migraciones, unas por el estrecho de Bering y otras a través del Océano Pacífico.
Rivet tomó como base para su teoría, datos de múltiples evidencias como: rasgos biofísicos (estatura, color de piel, etc.), datos culturales y lingüísticos, tanto de los asiáticos, como de los americanos y oceánicos, con el objetivo de encontrar correspondencias que le permitieran reconstruir las posibles rutas migratorias que habrían seguido los primeros hombres americanos.
Refutó la tesis monoracial de Hrdlicka, postulando varias corrientes migratorias aparte de la asiática-mongoloide. Sostiene que también poblaron América los melanésicos y polinésicos a través de rutas transpacíficas, inclusive reconoce una inmigración australiana. Por ello la teoría de Paul Rivet es llamada “`poliracial”.
LA TEORÍA AUSTRALIANA DE MÉNDEZ CORREA
El portugués Mendes Correa fue el principal defensor de una inmigración australiana, a través de la Antártida. Según el antropólogo lusitano, los australianos utilizaron sencillas balsas para llegar a Tasmania, las islas Auckland y la Antártida. Este gélido continente pudo ser atravesado cuando gozaba de un “óptimun climáticus” (periodo de clima óptimo), unos 5 000 años a.C., durante el Holoceno. Después de varios siglos de recorrido por las costas antárticas, arribaron al Cabo de Hornos en la Tierra del Fuego y, más tarde, poblaron la Patagonia.
El antropólogo Paul Rivet en apoyo de esta teoría escribió: “ Esta hipótesis no es nada inverosímil. Sabemos que ha habido en el continente antártico períodos de extensión glaciar mayor que en nuestros días. Existieron pues períodos glaciares e interglaciares, como en el hemisferio norte, y no es imposible que, después del último máximo de extensión, se produjera un período de regresión glaciar, correspondiente al óptimo post-glaciar, como en Europa y en América del Norte. Esta regresión podría haber dejado una faja libre de hielos en la costa antártica, análoga a la existente en Groenlandia, permitiendo así establecimientos humanos. Por analogía con lo conocido en el hemisferio norte, se podría situar esa sazón hacia unos 6000 años antes de nuestros días.” (RIVET, Paul. Los orígenes del hombre americano, p.107).
El antropólogo portugués estudió en la década de 1920, a los nativos de la Patagonia y la Tierra del Fuego (Onas, Kon, Tehuelches, Alakalufes y Yagán) encontrando similitudes físicas, linguísticas y etnográficas con los aborígenes australianos. Entre las semejanzas podemos mencionar el grupo sanguíneo, las formas craneales, la resistencia al frío, palabras comunes, uso de mantos de piel, chozas en forma de colmena y el uso del boomerang. También merece mención el zumbador o churinga, un instrumento musical de uso ritual con modelos muy idénticos en ambas regiones.
Una variante de la teoría de procedencia australiana fue presentada por George Montandon, quien sugiere una migración malayopolinesica con esclavos australoides, los cuales se instalaron en la Isla de Pascua, siendo utilizados en las construcciones de los colosos llamados “moais”. Los polinesios como buenos navegantes habrían llevado a los australianos a la Isla de Pascua y luego hasta las costas americanas en busca de materiales para sus construcciones. En los viajes a tierra firme los esclavos australianos habrían escapado de sus amos. De esta manera tenemos a los australianos en América. Esta tesis es ratificada en parte por la cronología hallada en la Isla de Pascua.
Las teorías sobre el poblamiento de América
Existen diversas teorías vigentes sobre el origen de los primeros habitantes de América. La más conocida es planteada por Alex Hrdlicka, la Teoría Asiática. Según ésta, fueron cazadores paleomongoloides de la Era del Hielo -Pleistoceno Tardío- quienes habrían cruzado el estrecho de Bering e ingresado por Alaska, en Norteamérica.
El antropólogo francés Paul Rivet plantea que, además de una inmigración asiática, también se produjo una oceánica, con oleadas de melanésicos y polinésicos, que habrían cruzado el Oceano Pacífico, para llegar por Centroamérica y Sudamérica, respectivamente. Otra teoría clásica es la del portugués Mendes Correa, quien sostiene una inmigración australiana por la ruta de la Antártida y la Tierra del Fuego.
Para conocer más sobre las teorías clásicas del poblamiento americano, ingrese a nuestra página http://www.poblamerica.blogspot.com/
Recientemente, el antropólogo estadounidense Bruce Bradley plantea una remota inmigración europea. Navegantes de raza caucásica y de industria lítica solutrense habrían cruzado el Atlántico para arribar a las costas orientales de Norteamérica. Bradley se basa en esqueletos humanos (Kennewick y y Caverna del Espíritu) y puntas líticas (Meadowcroft) encontradas en el este de EE.UU. que se asemejan sorprendentemente a los europeos del Pleistoceno Tardío.
Los orígenes y las evidencias arqueológicas
Los arqueólogos buscan incesantemente restos líticos y óseos que puedan dar luces sobre la historia del poblamiento inicial del continente americano. En casi todos los países de América se han hallado restos arqueológicos con fechados sorprendentes, algunos sobrepasan los 30 mil años de antigüedad; sin embargo, la mayoría de los descubrimientos son desestimados por la comunidad científica cuando sus restos son escasos o no acreditan una clara intervención humana. Por ejemplo, en diversos lugares se han descubierto piedras con formas de raspadores , cuchillas o hachas de mano, pero al parecer tomaron esas formas casualmente, debido a desprendimientos en las cuevas ocasionados por temblores o terremotos. Además, el fechado preciso de un instrumento lítico depende del material orgánico encontrado en su contexto y éste ha sido alterado muchas veces por factores naturales o humanos.
Los sitios arqueológicos más cuestionados o rechazados son aquellos que han recibido un fechado mayor a 13 000 años a.C. entre los que se encuentran:
Dawson City (Canadá), Old Crown (Canadá), Cálico Hills (EE.UU.), Lewisville (EEUU), Santa Rosa (EE:UU), Tlapacoya (México), El Bosque (Nicaragua), Paccaicasa (Perú).
EL POBLAMIENTO DE AMÉRICA DEL SUR
Los cazadores nómades de origen mongoloide, llamados “paleoindios”, habrían ingresado a Sudamérica hace unos 8000 años a.C. Sin embargo, recientes descubrimientos arqueológicos como los de Pedra Furada de Brasil (11 000 a.C.) y Monteverde de Chile (13 000 a.C.), sugieren que este subcontinente no estaba despoblado. Los cazadores de origen melanésico y australiano se les habrían adelantado, estos deben ser llamados “paleoamericanos”, según Tom Dillehay.
La versión tradicional planteaba que América del Sur fue poblada inicialmente por cazadores mongoloides provenientes del norte del continente unos 13 000 años a.C. ingresando por el tapón del Darién, al norte de Colombia. Aunque no se descartaba la llegada de melanésicos y australianos se la consideraba muy tardía, no más de 6 000 años a.C.
El estudio de los esqueletos descubiertos en Pedra Furada de Brasil (11 000 a.C.) demostró que sus cráneos no tienen rasgos mongoloides o paleoindios, sino de negroides, posiblemente melanésicos. Los restos arqueológicos de Monteverde de Chile (13 000 a.C.) sugieren el ingreso de cazadores oceánicos (posiblemente procedentes de Australia) por el extremo sur del continente americano. Los restos líticos y esqueletos humanos más antiguos de Sudamérica están claramente asociados a los melanésicos y australianos que habrían cruzado el Oceánico Pacífico, siendo los primeros pobladores de Sudamérica.
Sin embargo, hacia los 8000 años a.C. habrían ingresado los cazadores mongoloides provenientes del norte y extinguido a los paloamericanos, de origen oceánico, merced a sus mejores armas e instrumentos líticos. Los mongoloides se convirtieron en los nuevos amos de este subcontinente. También es factible que se haya dado un mestizaje entre ambas razas dando origen a grupos como los patagones y fueguinos que poseen características antroposomáticas de ambas razas.
El mundo científico aguarda las investigaciones en los estratos más profundos de Monteverde de Chile, donde habrían evidencias de presencia humana de unos 30 mil años a.n.e. Mientras tanto, sobre el origen del hombre americano, los especialistas siguen teniendo más preguntas que respuestas.
Al respecto, el arqueólogo Duccio Bonavia sintetiza el estado de la cuestión: ”En América del Sur se nos presenta prácticamente el mismo problema que hemos contemplado para Norteamérica y Canadá. Nos referimos a la existencia de algunas dataciones relativamente antiguas para determinados yacimientos, tal es el caso de Monte Verde en Chile y Pedra Furada en el Noreste brasileño, con fechas superiores a los 30 000 años. Aunque el contexto arqueológico es más seguro que en los yacimientos más tempranos de Norteamérica, los materiales están aún en fase de estudio y no se puede decir la última palabra. Pero de todos modos existiría siempre una concordancia y una lógica en la información arqueológica y no se plantean, hasta el momento, graves contradicciones. Sin embargo la gran mayoría de sitios han dado fechas que caen dentro de los mismos rangos de variaciones. Oscilan entre 8 000 y 12 000 años a.C. y corresponden a estaciones arqueológicas que se extienden prácticamente a toda el área pacífica, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego. Mientras que en la vertiente atlántica hay un vacío en la cuenca amazónica, hay fechas que coinciden en antigüedad en el Sur-este de Brasil, en el Uruguay y a lo largo del territorio argentino.” (1)
Los cazadores nómades de origen mongoloide, llamados “paleoindios”, habrían ingresado a Sudamérica hace unos 8000 años a.C. Sin embargo, recientes descubrimientos arqueológicos como los de Pedra Furada de Brasil (11 000 a.C.) y Monteverde de Chile (13 000 a.C.), sugieren que este subcontinente no estaba despoblado. Los cazadores de origen melanésico y australiano se les habrían adelantado, estos deben ser llamados “paleoamericanos”, según Tom Dillehay.
La versión tradicional planteaba que América del Sur fue poblada inicialmente por cazadores mongoloides provenientes del norte del continente unos 13 000 años a.C. ingresando por el tapón del Darién, al norte de Colombia. Aunque no se descartaba la llegada de melanésicos y australianos se la consideraba muy tardía, no más de 6 000 años a.C.
El estudio de los esqueletos descubiertos en Pedra Furada de Brasil (11 000 a.C.) demostró que sus cráneos no tienen rasgos mongoloides o paleoindios, sino de negroides, posiblemente melanésicos. Los restos arqueológicos de Monteverde de Chile (13 000 a.C.) sugieren el ingreso de cazadores oceánicos (posiblemente procedentes de Australia) por el extremo sur del continente americano. Los restos líticos y esqueletos humanos más antiguos de Sudamérica están claramente asociados a los melanésicos y australianos que habrían cruzado el Oceánico Pacífico, siendo los primeros pobladores de Sudamérica.
Sin embargo, hacia los 8000 años a.C. habrían ingresado los cazadores mongoloides provenientes del norte y extinguido a los paloamericanos, de origen oceánico, merced a sus mejores armas e instrumentos líticos. Los mongoloides se convirtieron en los nuevos amos de este subcontinente. También es factible que se haya dado un mestizaje entre ambas razas dando origen a grupos como los patagones y fueguinos que poseen características antroposomáticas de ambas razas.
El mundo científico aguarda las investigaciones en los estratos más profundos de Monteverde de Chile, donde habrían evidencias de presencia humana de unos 30 mil años a.n.e. Mientras tanto, sobre el origen del hombre americano, los especialistas siguen teniendo más preguntas que respuestas.
Al respecto, el arqueólogo Duccio Bonavia sintetiza el estado de la cuestión: ”En América del Sur se nos presenta prácticamente el mismo problema que hemos contemplado para Norteamérica y Canadá. Nos referimos a la existencia de algunas dataciones relativamente antiguas para determinados yacimientos, tal es el caso de Monte Verde en Chile y Pedra Furada en el Noreste brasileño, con fechas superiores a los 30 000 años. Aunque el contexto arqueológico es más seguro que en los yacimientos más tempranos de Norteamérica, los materiales están aún en fase de estudio y no se puede decir la última palabra. Pero de todos modos existiría siempre una concordancia y una lógica en la información arqueológica y no se plantean, hasta el momento, graves contradicciones. Sin embargo la gran mayoría de sitios han dado fechas que caen dentro de los mismos rangos de variaciones. Oscilan entre 8 000 y 12 000 años a.C. y corresponden a estaciones arqueológicas que se extienden prácticamente a toda el área pacífica, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego. Mientras que en la vertiente atlántica hay un vacío en la cuenca amazónica, hay fechas que coinciden en antigüedad en el Sur-este de Brasil, en el Uruguay y a lo largo del territorio argentino.” (1)
Florentin ameghino dio la hipotesis de que el hombre tuvo su origen en las pampas argentinas y desde este lugar se difumdio rapidamente por todo el mundo esta teoria no prospero pues no mostro pruebas o argumentos que convencieran.
Alex hordick hablo sobre la hipotesis de que el hombre que vivia en asia como eran nomadas vivian en un continuo andar tras las manadas de animales que les proporcionaban la caza fue asi cuando ocurrio las glaciaciones y esto dio origen a que los hombres que habitaba el continente asiatico cruzaran por el estrecho de bering hacia america y como eran nomadas se esparcieron por todo el continete americano, pienso que esta teoria me es mas valedera ya que si recuerdo fue mesopotamia la cuna de las civilizaciones tendria como coherencia.
Paul river en su libro el origen del hombre americano habla de que la teoria de Alex tiene coherencia pero que antes de que esllos llegaran tambien habian ocurrido llegadas de autralianos, polinesios y malayos.
los australianos llegaron al sur de america por medio del continente de la antartida.los polinesios y malayos navegaron y navegaron de isla en isla y llegaron a territorio ecuatoriano.
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