Teoría del Difusionismo.
Según los difusionistas, las civilizaciones se han desarrollado a partir de zonas o núcleos culturales. Estas zonas serían la cuna de culturas primigenias, innovadoras y expansionistas que difundieron su sabiduría a lo largo de la historia.
Pero hay algo que debemos tomar muy en cuenta: estos desarrollos no se han dado de manera espontánea y aislada, sino que las civilizaciones resultantes de estos núcleos siempre han sido producto de los intercambios entre los distintos grupos culturales inferiores, ya sea a través del comercio, las migraciones o incluso las guerras.
El británico Grafton Elliot Smith consideró al Antiguo Egipto como el origen absoluto de todas las civilizaciones del planeta. Hubo también quienes aseguraron - en un plano más ocultista y esotérico - que esta civilización madre yacía en el fondo del Atlántico, en las ruinas de Atlantis.
En cambio William Schmidt y Fritz Graebner promovieron una idea policéntrica. Ellos afirmaban que eran posible los florecimientos culturales en diferentes partes del mundo, pero en forma casi simultánea. De esta manera, estos diferentes núcleos de desarrollo se habrían dado en las cuencas de grandes ríos y mares como el Eufrates y Tigris, Nilo, Amarillo, Indo y el Mediterráneo. En cambio en América, laz zonas de difusión cultural más importantes se asentaron en Mesoamérica y los Andes.
Además de lo anterior, el australiano (y marxista) Vere Childe consideraba que los grandes grupos humanos - se centró en los pueblos indoeuropeos - cambiaban de acuerdo a las características sociales.
Pero hay algo que debemos tomar muy en cuenta: estos desarrollos no se han dado de manera espontánea y aislada, sino que las civilizaciones resultantes de estos núcleos siempre han sido producto de los intercambios entre los distintos grupos culturales inferiores, ya sea a través del comercio, las migraciones o incluso las guerras.
El británico Grafton Elliot Smith consideró al Antiguo Egipto como el origen absoluto de todas las civilizaciones del planeta. Hubo también quienes aseguraron - en un plano más ocultista y esotérico - que esta civilización madre yacía en el fondo del Atlántico, en las ruinas de Atlantis.
En cambio William Schmidt y Fritz Graebner promovieron una idea policéntrica. Ellos afirmaban que eran posible los florecimientos culturales en diferentes partes del mundo, pero en forma casi simultánea. De esta manera, estos diferentes núcleos de desarrollo se habrían dado en las cuencas de grandes ríos y mares como el Eufrates y Tigris, Nilo, Amarillo, Indo y el Mediterráneo. En cambio en América, laz zonas de difusión cultural más importantes se asentaron en Mesoamérica y los Andes.
Además de lo anterior, el australiano (y marxista) Vere Childe consideraba que los grandes grupos humanos - se centró en los pueblos indoeuropeos - cambiaban de acuerdo a las características sociales.
Quizás el defensor más conocido del difusionismo haya sido el explorador noruego Thor Heyerdahl. La expedición Kon-tiki, a bordo de una balsa construída con materiales naturales de Sudamérica, demostró que era posible que los nativos sudamericanos hayan llegado a las islas de la Polinesia. También intentó demostrar la posibilidad de contacto entre el Antiguo Egipto y América, pero este fascinante explorador será más desarrollado en otro post.
No hay comentarios:
Publicar un comentario